A la hora de diseñar un proyecto fotovoltaico en un inmueble, hacer un estudio de consumo del suministro es fundamental para extraer correctamente los datos y que los resultados del sistema fotovoltaico sean reales y óptimos, pues va a impactar de manera directa en la rentabilidad de la instalación.
Antes de nada, deberemos ponernos en contacto con la empresa instaladora de placas solares e indicar el tipo de inmueble y la antigüedad del mismo:
- Vivienda unifamiliar, comunidad de propietarios o negocio.
- Nueva construcción o inmueble habitual dónde existe consumo.
A continuación, un técnico analizará la ubicación de las placas solares, teniendo en cuenta los siguientes aspectos:
- Suelo, superficie o tejado y su inclinación y orientación.
- Periodos de sol del inmueble y tramos horarios.
- Luz directa o indirecta y sombras.
Por último, deberemos de identificar el tipo de instalación eléctrica del inmueble, por lo general, una vivienda común cuenta con una instalación monofásica:
- Instalación monofásica o trifásica.
Una vez identificado el tipo de inmueble y su antigüedad, la ubicación de las placas solares y el tipo de instalación eléctrica, la empresa nos facilitará un presupuesto inicial.
Sin embargo, para hacer un estudio final, realista y personalizado, se deberá contar con todas las facturas del año anterior o, en su defecto, con los recibos eléctricos más recientes.
El término de energía o consumo (€/ kWh), representa la parte variable de nuestra factura de luz, pues asciende o desciende en función de los kilovatios gastados en cada periodo de facturación.
Analizar dicho consumo nos servirá para identificar las necesidades energéticas del inmueble, es decir, si requiere más energía por el día, por la noche o en ambos periodos, para calcular el número de placas solares a instalar y su producción.
Además, si se produce un mayor consumo de electricidad por la noche, se deberá incorporar a la instalación una batería de litio, que almacene la energía producida por los paneles fotovoltaicos, para que pueda ser consumida en dichas horas.
El término de potencia o potencia contratada (kW) es la parte fija de la factura de luz, pues se paga en todos los periodos de facturación, independientemente de si hay consumo o no en el inmueble.
Representa la cantidad de aparatos eléctricos que pueden estar conectados a la vez en el suministro sin que se sobrecargue y salte la luz, por lo que es fundamental para conocer la capacidad eléctrica del inmueble y diseñar el proyecto fotovoltaico basándose en ello.
Por último, tendremos que fijarnos en el precio que se está pagando por la luz, para calcular de manera realista el retorno de la inversión de la instalación fotovoltaica, para ello es crucial identificar si contamos con una tarifa regulada o libre.
Si nuestro contrato de luz es regulado, tendremos la tarifa PVPC, es decir, que cambia cada hora y cada día en función de la oferta y la demanda del mercado. De cara a realizar el estudio de consumo, tendremos que consultar en el BOE el precio de la luz hoy y de los últimos 12 meses. Por ello, debido a la inestabilidad del precio de la luz en el último año, el cálculo del retorno de la inversión fotovoltaica será menos exacto.
Sin embargo, si nuestro contrato de luz pertenece al mercado libre, será muy fácil encontrar dicho coste en el desglose de la factura, pues lo más probable es que tengamos un único precio a todas horas o discriminación horaria en dos o tres tramos.